SI ACABA DE SUFRIR UN ACCIDENTE, QUIZÁ LE INTERESE CONOCER ESTO

SI ACABA DE SUFRIR UN ACCIDENTE, QUIZÁ LE INTERESE CONOCER ESTO

Cuando  acabamos de vivir un acontecimiento de alto impacto emocional (p.ej. hemos temido por nuestra vida o por la de otras personas, hemos sentido miedo, o incluso terror) es normal que necesitemos de un tiempo para poder asimilar lo ocurrido. A nivel mental y emocional precisamos procesar y digerir una experiencia inesperada de potencial traumático para la que no estábamos preparados.

Por todo ello, es normal que durante las primeras cuatro semanas experimente cosas parecidas a estas: 

  1. HIPERVIGILANCIA: Estados acusados de ansiedad o aumento de la activación (arousal) (p. ej., dificultades para dormir, irritabilidad, mala concentración, hipervigilancia, respuestas exageradas de sobresalto, inquietud motora). 

Algo que le puede ayudar es:

– Practicar ejercicios de relajación, respiración, meditación. 

– Hacer deporte.

– Estar en contacto con la naturaleza.

  1. REEXPERIMENTACIÓN: El acontecimiento vivido suele ser reexperimentado persistentemente en forma de imágenes, pesadillas, pensamientos intrusivos (como “estar en bucle”) o incluso tener la sensación subjetiva de estar reviviéndolos de nuevo (flashbacks). Esto se vive con un intenso malestar.

Algo que le puede ayudar para romper este bucle es añadir imágenes cronológicamente posteriores a la que está en bucle, a la que se repite y le genera malestar, hasta llegar a esa imagen en la que se sintió seguro o mejor (p.ej. cuando le auxiliaron, cuando comprobó que su ser querido estaba a salvo…)

  1. CONDUCTAS DE EVITACIÓN: Evitación acusada de estímulos que recuerdan lo vivido (p. ej. pensamientos, sentimientos, conversaciones, actividades, lugares, personas).

Nuestra mente necesita “entender” lo ocurrido y para ello reexperimenta –como hemos visto anteriormente- el episodio una y otra vez; pero esto genera un alto nivel de ansiedad, por lo que la mente también necesita alejarse del episodio y lo que hace es poner en marcha conductas de evitación. 

Este vaivén es normal y adaptativo, y poco a poco la situación se irá regulando. Pero sí es importante no crear bastiones de evitación. Por ejemplo, es normal que tras un grave accidente de esquí, uno pueda pensar que nunca más irá a la nieve. Pero es bueno ir poco a poco – al ritmo que uno pueda – acercándose de nuevo a esos lugares, hablar del tema…

  1. SÍNTOMAS DISOCIATIVOS: Sensación de desapego, reducción de la conciencia del entorno (p.ej. estar aturdido, desrealización (sensación de que el entorno es irreal o extraño), despersonalización (percepción extraña de sí mismo, como de no estar “del todo” en el propio cuerpo), amnesia disociativa (puede existir una incapacidad para recordar el incidente o parte del incidente).

Estas son experiencias que, a veces, suelen asustar por lo extraño y fuera de común, pero suelen ser de las primeras en desaparecer. No hay que inquietarse. 

  1. DETERIORO DE LA CAPACIDAD FUNCIONAL: Interferencia en el funcionamiento normal, disminución de la capacidad para el desempeño de las actividades habituales, Malestar o sufrimiento.

Esto es absolutamente normal. Nuestros recursos cognitivos y emocionales están en otra cosa: están intentando comprender y asimilar lo ocurrido. Hay que tener paciencia.

Todo esto irá bajando progresivamente en intensidad y al final del primer mes se sentirá mejor. Si no fuera el caso, consulte con un profesional.

Mª José Ochoa Cepero

Psicóloga clínica y de emergencias

 

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